Aprendizaje por proyectos, sin pasarse

El Plan Ceibal es una iniciativa fantástica que ha entregado cientos de miles de portátiles y acciones de formación a estudiantes y sus familias desde hace 10 años. Miguel Brechner, presidente del Plan Ceibal, y su equipo hacen un muy buen trabajo. Y ahora apuntan a los mayores retirados, introduciendo tabletas. He tenido la oportunidad de reunirme con algunos de sus actores en un evento fantásticamente organizado, el Foro de Innovación Educativa, que puso en primera línea a los verdaderos protagonistas: los estudiantes y los profesores. Cientos de ellos celebraron en Montevideo dos días de charlas, reuniones, talleres y conversaciones informales. Contamos con Nicholas Negroponte, fundador del Media Lab del MIT y de la iniciativa One Laptop Per Child, con Ida Holz, internacionalmente reconocida como co-fundadora de Internet, con Michael Fullan, visionario educativo, y con Satya Nitta, jefe global y director del programa de Ciencias Cognitivas y Tecnología Educativa en IBM Watson. Además, tuve ocasión de compartir un taller de trabajo con Antonio Battró que, entre muchos méritos, estudio con Jean Piaget, ese que todos citamos por sus trabajos. Un gran plantel, sin duda.

Holz-Negroponte-BrechnerNicholas Negroponte, Ida Holz y Miguel Brechner

Uruguay, como pequeño país que es, constituye un piloto en sí mismo. Y es tan inteligente como para apoyar un plan de formación, innovación y acompañamiento tan atrevido como para pensar 10 o 20 años hacia delante. Porque los niños de hoy serán los líderes de la sociedad de dentro de nada, y esos niños habrán trabajado competencias digitales, colaboración grupal, liderazgo, innovación, creatividad, soluciones prácticas y mucho más. Y los profesores están volcados en todo este plan utilizando como técnica base el aprendizaje por proyectos en muchos colegios. Los críos, los padres, los profesores, los directores, los investigadores, los taxistas, en el hotel, en la peluquería, en la cafetería. Literalmente, en todas partes, no paran de vender las bondades de educar por proyectos, no por asignaturas. Sin resultar novedoso el planteamiento (ya lo hacía Lorenzo Milani y su escuela de Barbiana en los años 50, sin ir más lejos) su aplicación práctica a lo largo de todo un país sí constituye una novedad.

Battro-BurgosCon Antonio Battró

Ciertamente, con el aprendizaje por proyectos se trabajan competencias distintas que cuando un estudiante se centra en memorizar o en pasar exámenes o en realizar ensayos individuales, centrados en asignaturas más o menos independientes. Pero no es cuestión de una elección sobre otra. De rechazar nada existente, ni de abrazar de forma exclusiva un mesías largamente utilizado por culturas y generaciones enteras. Sino de combinarlo. Otras veces hemos hablado sobre el enfoque ecléctico que mezcla aprendizaje formal con informal para lograr un escenario más útil, sólido y productivo. El aprendizaje por proyectos da sus frutos, como también otros tipos de aprendizaje, como el colaborativo, el auto-aprendizaje, la prueba y error, el aprendizaje mediante la práctica, el inductivo y otros tantos.

“La decisión inteligente se centra en tomar lo mejor de todo y orquestarlo para impulsar el rendimiento y la adquisición de las competencias necesarias según persona, función y momento”

La decisión inteligente se centra en tomar lo mejor de todo y orquestarlo para impulsar el rendimiento y la adquisición de las competencias necesarias según persona, función y momento. Memorizar puede resultar de gran valor ejercer la abogacía, seguir un protocolo al pie de la letra resulta imprescindible para enfermería, tomar apuntes es un recurso apropiado para un intérprete y así decenas de otras competencias más tradicionales. Trabajar por proyectos es una metodología fantástica para impulsar liderazgo, colaboración, decisión, análisis y resolución de problemas. Pero no es la única; y deberíamos enfatizar la convivencia de estilos y herramientas para el mayor beneficio del estudiante.

Daniel Burgos
Montevideo, Uruguay. 11 de mayo, 2017