Graduación UNIR Colombia 2015: Desde el otro lado

Bogotá, Colombia. 13 de noviembre de 2015. Daniel Burgos. Hoy he participado en la Graduación de UNIR Colombia 2015. Ha resultado un acto emotivo y, sorprendente en muchos aspectos. Por un lado, la emoción y felicidad de los graduados, algo esperado. Por otro, la alegría compartida de los familiares, tampoco nada nuevo. Además, la excelente organización del equipo de Comunicación, como es habitual. La sorpresa vino por los detalles.

Los estudiantes fueron especialmente atentos y educados. Llama la atención que todo el patio de butacas dé las buenas tardes, a las buenas tardes ofrecidas en la bienvenida por el Rector. También su sorpresa por el traje académico, y no digamos por el birrete, que no son comunes en Colombia. Aun así, no les costó lanzarlos al aire al finalizar el acto y hacerse fotos con todo el atrezo.

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El momento de reunificación entre alumno y profesor

Nuestros compañeros de Organización se desesperaron un poco al ver que resultaba imposible sacar una foto de familia completa. Después del primer intento, de forma espontánea, los ya graduados comenzaron a rodear a los miembros de la mesa, y a sacarse fotos, casi de forma compulsiva. La verdad es que nos cogió por sorpresa y, no por ello, con menos entusiasmo, al compartir con los destinatarios últimos de nuestro trabajo, un momento tan especial para ellos.

Desde los tutores, hasta la atención telefónica, pasando por Sistemas o las facultades, todos miran al alumno y centran sus tareas en conseguir un entorno más apropiado y eficaz.

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Pero un momento especial también para nosotros, los profesores. Siempre tenemos en cuenta el esfuerzo del alumno, el apoyo psicológico y el acompañamiento necesarios para evitar una soledad que a veces pesa, y un itinerario que suele complicarse en un momento. Desde los tutores, hasta la atención telefónica, pasando por Sistemas o las facultades, todos miran al alumno y centran sus tareas en conseguir un entorno más apropiado y eficaz.

Sin embargo, tendemos a dejar de lado que el profesor de UNIR es también un profesor online, que convive con el alumno en su mismo ecosistema, y en un entorno potencialmente igual de áspero. Aunque con una función distinta, el profesor y el alumno conviven, y pasan por momentos que obligan a superarse, sin el contacto directo, presencial. Aunque satisfactoria en otros sentidos, la experiencia docente carece de lo obvio, la interacción con un grupo de alumnos en una clase presencial. Por ello, el momento de reunificación entre alumno y profesor, deja una huella hermosa y gratificante también en el profesorado, que conoce de viva voz, mirando a los ojos, casos y experiencias, alegrías y planes de futuro, de los que han sido sus alumnos y alumnas durante meses o años.

Perspectiva desde el otro lado de la mesa de graduación

Tuve el placer de 20151113_Colombia-2saludar en persona a una docena de estudiantes de los programas máster que dirijo, que me honraron con su cariño y su respeto, que me contaron cómo ven el país con el proceso de paz y una firma en ciernes, y que me explicaron cómo aplican en sus clases o empresas lo aprendido en las asignaturas, con orgullo, con reconocimiento. Somos conscientes de la lista de mejoras que necesitan los programas, aceptamos las sugerencias y reclamaciones desde cualquier fuente, y debemos relativizar los testimonios por la euforia del momento. Una cosa no quita la otra.

Sin duda, la perspectiva desde el otro lado de la mesa de graduación resulta igual de emotiva e ilusionante y, por supuesto, igual de agradecida y cómplice. Enhorabuena (perdón, felicitaciones) a todos y deseamos con empeño que su paso por UNIR haya servido de verdad para cubrir parte de sus objetivos, porque esa es, más que un trabajo, la vocación de quienes trabajamos en esta universidad.