Metodología e incentivos a profesorado. Dos retos para la implementación de TIC en Educación
Los premios UNESCO-King Hamad bin Isa Al Khalifa Prize for the USE of ICTs in Education suponen un esfuerzo digno de resaltar para seleccionar excelentes ejemplos de uso de ICT en Educación sin importar credo, nacionalidad, contexto o instituciones de origen. El tema de este año es “innovación pedagógica y utilización de las TIC en la educación y el aprendizaje”.
Además de constituir un honor representar a Europa, actuar de vicepresidente y ser miembro del jurado en sí, la experiencia me ha permitido analizar en profundidad experiencias educativas diversas de gran valor.
Cada una aportaba al menos un elemento diferenciador pero, sin duda, todas ellas contribuían con un enfoque práctico y útil de cómo las TIC se aplican realmente en Educación de manera innovadora. Candidatos de los cinco continentes nos muestran la diversidad de las palabras integración, implementación, diversidad, innovación y tantas otras que damos por sabidas.
Todas las iniciativas presentadas aportan un enfoque práctico al uso de las TIC en Educación
En algún momento, en este medio, hemos hecho referencia al aporte que un pequeño gesto (como un SMS) puede realizar a la educación abierta y libre, mientras que, al mismo tiempo, desarrolladores de Sakai dan una vuelta de tuerca a un servicio de aprendizaje adaptativo. Todo depende del contexto, de la cultura, del público objetivo, del resultado esperado y posible.
Dispositivos, contenido y metodología
El miércoles 14 de enero de 2016, y como parte de la ceremonia de los premios, se celebraron dos seminarios con premiados pasados y actuales, y la participación de medio centenar de expertos de todo el mundo.
Dos temas fueron recurrentes: la necesidad de trabajar conjuntamente sobre dispositivos + contenido + metodología, sin olvidar esta última ni dejarla para último lugar (link a http://research.unir.net/blog/what-moocs-cannot-do-yet/).
Una reclamación habitual en todo el mundo es solicitar tablets para el aula, como si la mera cacharrería fuera una prueba de introducción de las TIC. Claramente, no lo es. Pero se incrementa la petición con contenidos, una vez que se dispone de un aula informática, portátiles o tablets. Una vez más, los contenidos son importantes, pero sin una hoja de ruta, no son más que un repositorio de lecturas inconexas. Lo que realmente proporciona un hilo vertebral es la metodología que enhebra todo. Y, si bien, el hardware, el software y los contenidos deben estar, no pueden obviar la capa integradora que supone la metodología.
Innovación educativa
El segundo tema fue la dificultad de la integración del profesorado en la cultura de la innovación educativa. Nuestros profesores son fantásticos, disponen de vocación y de ilusión, por encima de la bastante habitual falta de recursos y del exceso de carga de trabajo. Resulta complicado, pues que, además de su día a día, el profesor se involucre en un proceso de innovación educativa que permita incorporar tecnología en el aula.
Una solución propuesta por Nermine Nabulsi (Líbano) y apoyada por varios asistentes es doble de cara a la incentivación: certificación y acreditación. Es decir, proporcionar el reconocimiento que el esfuerzo merece, y que este sea útil para procesos de acreditación en la carrera laboral. Si bien es cierto que muchos participarían pro bono, también lo es que unos incentivos extra, incluso si no económicos, permiten una mayor contribución y, por tanto, una repercusión más extensa en el aula.
Esperamos que 2017 traiga propuestas, expertos y experiencias tan interesantes como este año, que mostraremos en UNIR Research puntualmente.
Daniel Burgos, 14 de Enero de 2016