“Somos pioneros en elaborar un marco de responsabilidad social universitaria europea”

Hasta ahora no existe un marco europeo que guíe a las universidades en el terreno de la responsabilidad social. El proyecto EU-USR, en el que participa la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), a través de su vicerrectorado de Investigación y Tecnología (UNIR Research) junto a otros socios europeos, tiene como objetivo desarrollar un modelo común, algo que verá la luz en muy pocos meses, puesto que el proceso se encuentra en su fase final. José Manuel Robles, investigador de UNIR miembro del proyecto, explica lo que se ha conseguido hasta el momento.

Las universidades europeas no tienen una guía común de responsabilidad social / Indarando (CC BY-NC-SA 2.0).
Las universidades europeas no tienen una guía común de responsabilidad social / Indarando (CC BY-NC-SA 2.0).

¿En qué fase se encuentra el proyecto?

Está en su período final. En este mes de septiembre termina el plazo fijado para su finalización. Lo principal ahora es cerrar los dos paquetes de trabajo más importantes, donde se recogen todos los resultados del trabajo de campo y se propone un modelo de responsabilidad social para la universidad europea.

¿Nos puede adelantar algún resultado?

La investigación tiene como objetivo fundamental un pliego de recomendaciones, que cada universidad podrá aplicar o no y, sobre todo, adaptar a su contexto. En estos momentos contamos con un modelo basado en los resultados de la investigación, que permitirá a las universidades europeas, si así lo desean, incorporar prácticas de responsabilidad social universitaria.

¿Cuál ha sido el papel de UNIR en este proceso?

Fundamental, sobre todo, en la compilación y canalización de las líneas maestras sobre responsabilidad social universitaria, lo que incluye la promoción de los resultados del proyecto. UNIR coordina, además, la divulgación, o promoción de las actividades de EU-USR. Asimismo, es responsable de la implementación del proyecto en las universidades españolas. Por ejemplo, una parte es analizar en profundidad un conjunto de siete universidades en toda Europa. Uno de los casos de estudio ha sido en España, con la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), y nosotros desde UNIR nos hemos encargado de esta investigación.

Es un papel destacado.

Efectivamente. Además tiene otra gran misión en el proyecto, como es supervisar, valorar, sopesar y argumentar, contribuyendo así en todo el trabajo e informes desarrollados. Por ejemplo, uno de los paquetes más importantes del proyecto comprende el modelo que vamos a exportar o proponer a las universidades europeas, y ahí UNIR ha tenido un papel fundamental: nosotros hemos propuesto modificaciones y esto ha generado modificaciones importantes en el paquete.

¿Qué es lo más valioso del proyecto?

Yo destacaría que no hay un modelo de las características que nosotros estamos generando a nivel europeo. Sí lo hay a nivel nacional, como en España, que existe el Libro Blanco de la Responsabilidad Social Corporativa, donde se habla algo de las universidades. Pero, a nivel europeo, el proyecto se enfrenta a un desafío, porque no hay un referente único de responsabilidad social universitaria. Nosotros estamos abriendo un frente.

¿Qué ha sido lo más difícil del trabajo de campo?

La homogeneización. Estamos hablando de responsabilidad social de las universidades europeas partiendo de una premisa que es falsa: que Europa es una unidad cultural política y administrativa. Tratar de hacer una recomendación que pueda valer para una universidad alemana o una española es mucho decir. En mi opinión, una de las grandes dificultades es dotar al proyecto de un carácter europeísta. Por otra parte, también es difícil encontrar estándares que puedan aplicarse a cualquier contexto. Desde mi punto de vista esto ha sido lo más difícil de lograr y, como era el objetivo principal del proyecto –generar un marco de trabajo sobre la responsabilidad social universitaria en Europa–, el hecho de que sea difícil hacerlo a nivel europeo genera una dificultad grande.

¿A qué más obstáculos se han enfrentado?

Además de que las diferencias contextuales y nacionales son una limitación importante, también lo es la variedad de universidades que existen en Europa, empezando por su propia nomenclatura: universidades politécnicas, humanísticas, nuevas universidades vinculadas al mundo digital, universidades tradicionales con grandes estructuras… No es solo que todas estas instituciones sean distintas culturalmente si no también, en términos sustantivos. Por eso, desarrollar una herramienta de responsabilidad social para una universidad politécnica, digital y tan moderna como UNIR, que también sirva para una universidad tan clásica como Oxford es muy complicado. Son los desafíos a los que nos enfrentamos. El proyecto puede tener limitaciones pero es normal, teniendo en cuenta que es pionero.

¿Están preparando una guía de buenas prácticas?

Así es. Una de las funciones de UNIR en el proyecto es generar unas guías que sirvan para orientar a las universidades en la puesta en marcha de prácticas de responsabilidad social universitaria. Es algo que estamos desarrollando en estos momentos, utilizando toda la información generada previamente. Hacerlo es una responsabilidad para UNIR porque es lo que los rectores y rectoras de las universidades van a tener en sus manos, y va a servir de estímulo y guía.

———————————————————————————————————————————————————-

logo_horizontalREUNIÓN FINAL EN OPORTO

Durante los días 8 y 9 de septiembre tuvo lugar la última reunión del proyecto EU-USR, un encuentro que se celebró en la facultad de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad de Oporto y al que acudieron presencial o virtualmente todos los socios del proyecto: UNIR, la Universidad Politécnica de Bucarest (coordinadora), MENON Network, Scienter CID, la Fundación General de la Universidad de Granada-Empresa, la Universidad de Oporto, la Universidad de Edimburgo y la Universidad Católica Portuguesa.

“El balance ha sido muy positivo. Se ha terminado el trabajo de campo y se están extrayendo conclusiones”, explica Aurora Carrasco, directora de la Oficina de Proyectos (Ocapi) de UNIR y miembro del proyecto, que participó activamente en la reunión.

Con los resultados prácticamente acabados, llega el momento de elaborar los informes finales y presentarlo a la Comisión Europea para su evaluación. El organismo comunitario ya ha evaluado una serie de informe intermedios.

El proyecto EU-USR (Comparative Research on the Social Responsibility of Universities in Europe and Development of a Community Reference Framework) se enmarca en el Programa de Aprendizaje Permanente de la Comisión Europea y se ejecuta como parte de los Proyectos Multilaterales Erasmus, con especial atención en la Dimensión Social de la Educación Superior.